En una columna publicada en ‘El Heraldo’ en 1.950 bajo el título “El derecho a volverse loco”, Gabriel García Márquez señalaba que el carnaval no tendría gracia alguna “si no fuera porque cada uno de nosotros, en su fondo, siente el diario aletazo de la locura, sin poder darle curso a su secreto golpear, a su recóndito llamado” y precisamente la propuesta de DOLARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA no podía surgir en otro momento sino como promesa en un carnaval electoral, con bufón y todo. Yo creo que muchas veces es preferible andar con un loco que con un falso demagogo, Detrás de esta propuesta “salvadora” se encuentran intereses ocultos de las grandes corporaciones transnacionales y del poder hegemónico mundial.
Siendo Estados Unidos los dueños del dólar, la moneda dominante del mundo, ellos pueden (y en efecto lo hacen) imprimir todo el papel moneda fiduciario (sin respaldo) que quieran para pagar sus deudas y realizar sus importaciones. -¿Tu, te preguntarás es posible producir dólares de la nada?… ¿del aire? Y te contesto, para los Estados Unidos “SI”. Así, todos pagamos las consecuencias de sus decisiones.
Entonces ahora surge nuevamente el espejismo de la dolarización. Los defensores toman las evidencias empíricas, de los países dolarizados, como si las condiciones subjetivas y objetivas no fueran distintas en cada nación. Se pretende clonar la medicina (mi abuelita solía decir que a veces es peor el remedio que la enfermedad), surgen la "soluciones mágicas" e “instantáneas” a los embates de una economía con unas características especiales, no se analiza nuestra realidad, y se improvisa olvidando que nuestro país sufre los daños de una coyuntura particular. Que va desde la caída de los precios petroleros, pasando por un boicot económico transversal en todos los sistemas de abastecimiento y precios, que se agrava por el bloqueo financiero impuesto por EEUU y la utilización de un arma terrorista financiera que refleja la manipulación de un dólar criminal.
Además, también se olvidan que el dólar transita por su peor momento desde su consolidación como primera moneda de uso global. Sus altas turbulencias han ocasionado el refugio de los inversionistas del mundo en el petróleo y en el oro de manera intermitente en la última década. De su crisis deviene el auge de las criptomonedas y criptoactivos, produciéndose desbarajustes y estampidas que vienen a completar el hecho financiero mundial. EEUU atraviesa por un riesgo sistémico, dopada por rebajas fiscales históricas, con déficits sin parangón, enfrentan a una liquidez limitada y los servicios financieros siguen en una situación muy difícil, en pleno giro de su política monetaria y con un dólar extremadamente débil. La subida arancelaria al acero y el aluminio amenaza con una guerra comercial, Incluso contra la seguridad global, por la afrenta a aliados geoestratégicos, de la cual no saldrían muy bien parados. Detrás de eso existe además una extensa recesión global.
Sustituir al bolívar por el dólar no suprime el riesgo cambiario con respecto a otras monedas. Uno debe preguntarse qué pasaría si EEUU adopta por lo anteriormente señalado una política monetaria contraria a los intereses de Venezuela. Cabe señalar que el país quedaría sujeto a instancias externas sobre las cuales poco o nada se podría hacer.
La dolarización ¿Es realmente una solución automática a la inflación? Lo primero que debo aclarar como lo señalara en mi anterior articulo (el laberinto de la crisis) la inflación en el caso actual de Venezuela es un efecto inducido, aun cuando estructuralmente ya se vislumbraba desde el auge del "efecto petrolero" en la economía real, llegando para quedarse, desde el "viernes negro" del año 1983. Así que lo primero que es necesario reconocer es su constante histórica.
En Venezuela, aún en tiempos de plena oferta y demanda de productos ha existido inflación, esto como consecuencia de la herencia de una economía estructurada alrededor del modelo capitalista rentista petrolero, un factor modulador de fondo de todos los sistemas y subsistemas económicos. Pero con la aparición del Dólar Paralelo como ARMA DE TERRORISMO FINANCIERO esta se ha visto condicionada al factor especulativo.
Ahora bien, si suponemos una sustitución de moneda, ¿podríamos aseverar que las conductas especulativas no se trasladarán de una moneda a la otra? Más transcendental es ver las circunstancias existentes en las que sería efectuada una dolarización: bajo una subjetividad económica de saqueo, cartelización de precios, oligopolios y monopolios que controlan la oferta y demanda, en correspondencia a los precios, además una subordinación importadora enorme, el interés de lucro que signa la subjetividad económica del venezolano, acaso esto eliminaría los alicientes económicos a la corrupción, que sabemos, en Venezuela, es un problema transversal que genera una cadena de sobredimensionamiento de los costos y precios finales que terminan en los hombros de los consumidores.
A la hora de dolarizar, es obligatorio meditar sobre la vulnerabilidad externa de Venezuela derivada de la volatilidad de los precios de su principal fuente de divisas, aunque el inconveniente principal en el corto plazo para crear divisas no es la volatilidad de los precios del petróleo, sino la grave caída de la producción de nuestra Industria Petrolera. La pregunta entonces es: ¿En qué rango o banda debería moverse la producción y el precio del petróleo para sostener la dolarización?
El problema del ingreso petrolero para Implementar una dolarización debe suponer un análisis serio de cómo está estructurada la economía de nuestro país. Venezuela ha sido por largo tiempo un país donde las exportaciones e ingresos por divisas vienen por parte del Estado, a través de sus exportaciones petroleras y no petroleras por un orden del 97% de los ingresos. Cifra que dibuja la formación económica parasitaria y subordinada de la renta del sector privado venezolano.
Venezuela tiene una amenaza particular al pretender dolarizar su economía, por su dependencia del ingreso extranjero y por la fórmula del mismo. Si por cualquier factor existe una disminución del precio petróleo, sufriría una baja de crecimiento económico efectivamente significativa. Adicionalmente transitaría por un choque externo muy fuerte y no gozaría de una política económica con la cual escudarse.
El inconveniente de nuestra ya frágil industria, implicaría una pérdida de competitividad y una profundización del esquema rentista, de manera sencilla esta dolarización entorpecería la diversificación de las exportaciones. Esto debido a que una moneda sobrevaluada, como el dólar sería un peso excesivo en una economía como la nuestra, de elevados costos reales de producción, alta subordinación importadora y una industria particularmente poco competitiva (destinada a fomentar descomunales beneficios, pero de ningún modo a bajos precios).Sencillamente los productos no podrían competir (por estar dolarizados y ser de alto costo) con los de otros países, la industria nacional acrecentaría sus graves problemas para desarrollarse.
Otro problema planteado seria que depreciaría enormemente el capital suscrito y pagado por las empresas, los bancos y otros entes financieros que, tendrá que convertir la actual cartera de crédito en pago de divisa.
Un elemento especialmente importante a exponer en materia económica es; que para dolarizar hay que tener dólares, y los dólares se fabrican en Washington por la Reserva Federal que son entidad Bancarias Autónoma Y Privada, para algunos puede causar sorpresa pero ratifico “AUTÓNOMA Y PRIVADA”.
Todo país que decide renunciar a su soberanía monetaria pierde el poder de emisión y el dinero que pone en circulación ya que proviene de la acumulación de reservas en divisas que se tengan y de los saldos en dólares que periódicamente resultan de sus operaciones comerciales y financieras. Muchas economías que optaron por un proceso de dolarización lo hicieron porque de facto el dólar se fue convirtiendo en el medio de pago habitual de la sociedad, pero es aquí donde empiezan los inconvenientes; La economía venezolana no está dolarizada, pues las transacciones en dólares jurídicamente por años han estado prohibidas y sancionadas. El sistema financiero no trabaja en dólares y los empleados públicos que abarca más de 3 millones; así como los pensionados que también son más de 3 millones cobran sus salarios y pensiones en bolívares, al igual que los trabajadores del sector privado. Aclaro; lo que se ha pretendido dolarizado en Venezuela son los precios de una buena parte de los bienes transables de consumo final e intermedio, así como de muchos servicios, que como lo esplique en mi anterior artículo (en el laberinto de la crisis) los comerciantes lo realizan bajo “la más impresionante y sorprendente impunidad en la comisión de ese delito” Como una discrepancia, y solo a manera de ejemplo, cuando Ecuador optó por la dolarización, el 54% de los depósitos del público en el sistema financiero eran en cuentas de dólares y el 47% del cuasidinero y el 66% de la cartera de crédito estaban expresados en dólares.
Es un atributo de los Estados emitir su propia moneda y regular su actividad para generar circulante, con la finalidad de cubrir sus necesidades internas, para ordenar el presupuesto y regular la economía interna. No realizarlo equivale a perder la soberanía e independencia financiera.
Los programas sociales tendrían que desapareces de manera categórica, por una sencilla razón el monto por orden de nuestras exportaciones jamás podría equipararse con la magnitud de nuestros compromisos en dólares. Entre pagos de deuda, importaciones, obras públicas, sueldos y salarios, no habría espacio de maniobra para ejecutar la cobertura de los servicios y políticas sociales más básicas. Lo cual evidentemente generaría una profundización de las discrepancia y asimetrías sociales, inequidad en la distribución del ingreso y una pauperización de grandes capas sociales, que quedarían condicionadas a la pobreza estructural. Se utilizaría una economía de "austeridad" como ultima tabla de salvación, lo cual determina un deterioro del nivel de vida y una consecuente contracción de la economía interna.
¿Y si se dolariza mejoraría el salario?
Dolarizar implicaría un deterioro total del sueldo, lo primero a señalar es la incapacidad del Estado de emitir moneda, lo cual dejaría solo en manos de las exportaciones la posibilidad de ingreso de la moneda circulante.
Solo como un ejercicio básico matemático voy a explicar qué pasaría con los sueldos y salarios.
Tomemos el salario mínimo integral a marzo 2.018 de Bs 1.307.646 y lo dividimos entre la tasa de cambio paralela de 800.000, esto equivaldría a una salario integral de 1,63 $/mensual, Supongamos que la dolarización se aplicara a la última tasa Dicom del 27-04-2018 de Bs 66.937,50 /$, el ingreso mínimo del trabajador subiría a 19,57 $/mes. Este nivel seguiría siendo apenas una fracción del sueldo mínimo promedio latinoamericano que está entre $350-400. Mi pregunta es ¿Qué puede hacer alguien en una economía dolarizada con un sueldo de 1,63 dólares al mes o en el escenario más alentador con 19,57 Dólares mensuales? Pero algo que no podemos perder de vista es que todos los bienes y servicios serian también cobrados en Dólares.
OTRO EJERCICIO MATEMÁTICO
Suponiendo que una masa de trabajadores de al menos 7,5 millones de habitantes, tanto del sector público como del privado, (sin meter a los pensionados) comenzaran a recibir pagos con la moneda estadounidense, sería prácticamente imposible con los actuales ingresos lograr una estabilización, Los ingresos necesarios al año para que una masa de trabajadores (insisto sin programas sociales y pensionados) gane al menos unos 250 dólares al año, que equivaldrá a 20,84 $ al mes serían de unos 22,5 mil millones de dólares sólo para sueldos y salario. Ahora, según los últimos datos de la OPEP La industria petrolera venezolana, mantiene una producción de 1,65 millones de barriles, esto estaría generando unos ingresos brutos de 30,8 mil millones de dólares al año, de los cuales, debe destinarse unos 12 mil millones de dólares para el gasto del funcionamiento del Estado, aparte cubrir deuda anual en promedio de 8 mil millones de dólares al año, dar cobertura a la deuda del Fondo China y cubrir los costos operativos de la industria petrolera. Entendiendo que la producción privada nacional ronda en menos de 1 mil millones de dólares, Con esta simple ecuación matemática nos indica que no habría manera de sostener un proceso de dolarización a no ser que como lo señale sea una bufonada o una locura en un carnaval electoral.
Mi conclusión es que: cambiar la moneda no resolverá el problema económico del país porque, la sustitución del bolívar por el dólar no suprime el riesgo cambiario con respecto a otras monedas; tampoco elimina los incentivos a la corrupción; pero si le resta independencia económica al país, lo cual no permitiría expandir la economía a través de un aumento del gasto público y de la expansión de la liquidez. Además haría que eliminar los programas sociales, Los sueldo y salarios serian polvo cósmico. La mayor parte de las economías no dolarizadas del mundo, tienen tasas de inflación sustancialmente menores a la de Venezuela. Así que no es necesario dolarizar para frenar la hiperinflación, ya que insisto esta es una variable INDUCIDA, la solución está en combinar adecuadamente las políticas fiscales, monetarias y cambiarias, donde “… debemos valernos de todo el talento existente en nuestra sociedad a través del saber colectivo ¿cómo es posible que no lo aprovechemos para plantear los procedimientos para salir de esta crisis? Abramos un espacio donde se permita la participación de todo el mundo, conocidos y desconocidos, conservadores y progresistas. Poniéndonos a diseñar entre todos la fórmula para la salida de la crisis, tanto presencial como virtualmente” por eso considero que plantear hoy día una dolarización en Venezuela sería un riesgo innecesario y una tarea más complicada de lo que se cree, estoy convencido que la misma no es para nada un traje hecho a la medida para una economía rentista-petrolera como lo es la venezolana.