LA
IGLESIA Y EL SOCIALISMO DE JESÚS
“¿Fue
Jesús un socialista?
Claro que sí, el
más grande de la historia”.
Hugo Chávez
Por: Ramses A. Reyes
Antes de entrar en materia
quiero fijar mi posición en cuanto a una gran aberración que viene sucediendo
en las iglesias: los
escándalos por abusos sexuales a menores por clérigos, curas o que se yo, lo
cual lleva a que se plantea el tema del celibato obligatorio. ¿Que si el mismo
es culpable o no? de lo que pasa, yo no creo que exista una relación de causa y
efecto concluyente en todos los casos, pero sí creo que muchos célibes optaron
por ese refugio, para ocultar y no saber controlar su homosexualidad, un buen
numero se escondieron en el regazo de la comunidad eclesiástica para sus
tropelías y lo peor es que esta lo permitió.
Acaso, Jesús de los evangelios no
abordaba el tema como uno más dentro de la naturaleza del ser humano, en las
antípodas de los escribas y fariseos hipócritas y de los sacerdotes, blanqueados por fuera pero llenos de
inmundicia por dentro. En parte considero, que el problema proviene del terror
imbuido en sus mentes por una moral que nada tiene que ver con la persona y el
mensaje real de Jesús.
Bueno entrando en materia:
Se trata de una discusión que planteo
el presidente eterno y líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez, en el
2007 con miembros de la alta jerarquía de la Iglesia Católica y con algunos teólogos
y politólogos que le sirven, o que la representa o dice representarla, esta discusión
se produce en el contexto del llamado socialismo del siglo XXI, y se centra en
definir si Jesús el de los evangelios fue o no socialista. Además, saber si la
figura y el pensamiento del mismo pueden o no ser empleado dentro del
socialismo del siglo XXI.
De entrada debo recordar que esta discusión
sobre el real o supuesto socialismo de Jesús no es nada nueva, eso fue
planteado en Europa en las últimas décadas
del siglo XIX,
Por otra parte quiero aclarar que
siempre me he referido al Jesús de los evangelios y no simplemente a Jesús. Esta
distinción no es casual, y lo hago porque hablo del Jesús, que los textos evangélicos
nos describen y no de un personaje real que hubiera dejado o escrito sus
discursos o algún texto, lo primero que quiero aclarar es que Jesús es un
personaje literario, no un personaje histórico, esto con mucho respeto y no
pretendo herir susceptibilidades.
Lo cierto es que del Jesús histórico
sabemos muy poco, por no decir nada, porque no dejo ninguna huella en ninguno
de los escritores e historiadores de su época, ni judíos ni romanos, y de él
solo podemos suponer que fueron muy pocos pensamientos y dicho que lograron sobrevivir,
a no ser lo que posteriormente señalaron sus discípulos y seguidores, pero muchísimo
después para ser incorporados a los textos evangélicos “enriquecidos” por
numerosas manipulaciones de variadas procedencias, así pues, la única fuente
que habla de Jesús son los Evangelios, y cabe señalar que son textos tardíos,
aunque la iglesia trata de hacerlos pasar por tempranos y atribuírselos a apóstoles
o discípulos de Jesús. Digo esto para dejar las cosas claras, para poder aplicar
un sano criterio, que es lo que cuenta para cualquier análisis serio.
Si causa algarabía conjeturar a un
Jesús socialista, ¿por qué no lo es, entonces, sindicarlo e implicarlo con la
cultura y la ética capitalista? Si es un escándalo inscribir a Jesús con el
eterno rebelde, ¿por qué no lo es, en cambio, asociarlo a los intereses de los
continuos imperios —excluyendo el más antiguo imperio romano—? Aquellos que no
discuten la sacralidad del capitalismo son, en gran número, fervientes
seguidores de Jesús. Mejor dicho, de una imagen exclusiva y beneficiosa de
Jesús. En ciertos casos no sólo son seguidores de su palabra, sino
administradores de su mensaje.
Empiezo por señalar que el
cristianismo de Jesús, no es el mismo cristianismo ejercido en el Imperio
romano en su decadencia, ni es el mismo cristianismo practicado por “Su
santidad” allá desde su bunker del
Vaticano. Este Cristianismo efectuado por la santa Iglesia católica, apostólica
y romana, nada tiene que ver con el pensamiento del Cristo original. Jesús no
fundó ninguna Iglesia, y es mentira que se la mandó a fundar a Pedro, es todo
una falsa de lo que realmente Jesús dijo e hizo.
Con el riesgo de que me acusen de
blasfemó y loco si me apuran, afirmo que el Cristo original fue el primer
Socialista, aun sin que hubiese aparecido el Socialismo como sistema político
de liberación definitiva de la Especie Humana.
La aseveración de que Jesús fue
socialista, aún sin existir la palabra y su teoría revolucionaria, y
científica, para mi es perfecta razonable: Jesús multiplicó los panes y el vino
para que nadie tuviese hambre, y esa es una señal de igualdad popular, es decir
de lógica socialista. Cristo mostró su predilección por los pobres, por los
explotados de este mundo, lo cual indica que estaba interesado en acabar con la
explotación del hombre por el hombre, y ese también es un principio esencial
del Socialismo. Me parece tan tonto el argumento de algunos al señalar que
Jesús no fue socialista porque en ese tiempo no existía esa palabra o doctrina
política, es como decir que el océano no existía hasta que alguien llamo a este
por su nombre.
Tienen razón los conservadores: es una
simplificación de reducir a Jesús a su dimensión política. Pero esta razón se
convierte en manipulación cuando se niega de plano cualquier valor político en
su acción, al mismo tiempo que se usa su imagen y se invocan sus valores para
justificar una determinada política. Es política negar la política en cualquier
iglesia. Es política presumir de neutralidad política. No es neutral un
observador que presencia pasivo la tortura o la violación de otra persona.
Menos neutral es aquel que ni siquiera quiere mirar y da vuelta la cabeza para
rezar. Porque si el que calla otorga, el indiferente legitima.
Es política la confirmación de un
statu quo que beneficia a una clase social y mantiene sumergidas otras. Acaso
no es político el sermón que favorece el poder del hombre y mantiene bajo su
voluntad y conveniencia a la mujer. Es terriblemente política la sola mención
de Jesús o de Mahoma antes, durante y después de justificar una guerra, una
matanza, una dictadura, el exterminio de un pueblo o de un solo individuo.
Lamentablemente, aunque la política no
lo es todo, si todo es política. Por lo
cual, una de las políticas más hipócritas es afirmar que existe alguna acción
social en este mundo que pueda ser apolítica.
Existe un factor político en la muerte de Jesús, que su muerte
estuviese contaminada de política no desmerece su valor religioso sino todo lo
contrario. Si el hijo de Dios bajó al mundo imperfecto de los hombres y se
sumergió en una sociedad concreta, una sociedad oprimida, adquiriendo todas las
limitaciones humanas, ¿por qué habría de hacerlo ignorando uno de los factores
principales de esa sociedad que era, precisamente, un factor político de
resistencia?
¿Por qué Jesús nació en un hogar pobre
y de escasa gravitación religiosa? ¿Por qué no nació en el hogar de un rico y
culto fariseo? ¿Por qué vivió casi toda su vida en un pueblito periférico, como
lo era Nazareth, y no en la capital del imperio romano o en la capital religiosa,
Jerusalén? ¿Por qué fue hasta Jerusalén, centro del poder político de entonces,
a molestar, a desafiar al poder en nombre de la salvación y la dignidad humana
más universal? Como diría un xenófobo de hoy: si no le gustaba el orden de las
cosas en el centro del mundo, no debió dirigirse allí a molestar.
Recordemos que no fueron los judíos
quienes mataron a Jesús sino los romanos. Aquellos romanos que nada tienen que
ver con los actuales habitantes de Italia, aparte del nombre. Alguien podría
argumentar que los judíos lo condenaron por razones religiosas. No digo que las
razones religiosas no existieran, sino que éstas no excluyen otras razones
políticas: la clase alta judía, como casi todas las clases altas de los pueblos
dominados por los imperios ajenos, se encontraba en una relación de privilegio
que las conducía a una diplomacia complaciente con el imperio romano. Así
también ocurrió en América, en tiempos de la conquista. Los romanos, en cambio,
no tenían ninguna razón religiosa para sacarse de encima el problema de aquel
rebelde de Nazareth. Sus razones eran, eminentemente, políticas: Jesús
representaba una grave amenaza al pacífico orden establecido por el imperio.
Ahora, si vamos a discutir las
opciones políticas de Jesús, podríamos referirnos a los textos canonizados
después del concilio de Nicea, casi trescientos años después de su muerte. El
resultado teológico y político de este concilio fundacional podría ser
cuestionable. Es decir, si la vida de Jesús se desarrolló en el conflicto contra
el poder político de su tiempo, si los escritores de los Evangelios, algo
posteriores, sufrieron de persecuciones semejantes, no podemos decir lo mismo
de aquellos religiosos que se reunieron en el año 325 por orden de un
emperador, Constantino, que buscaba estabilizar y unificar su imperio, sin por
ello dejar de lado otros recursos, como el asesinato de sus adversarios
políticos.
Supongamos que todo esto no importa.
Además hay puntos muy discutibles. Tomemos los hechos de los documentos
religiosos que nos quedaron a partir de ese momento histórico. ¿Qué vemos allí?
El hijo de Dios naciendo en un establo
de animales. El hijo de Dios trabajando en la modesta carpintería de su padre.
El hijo de Dios rodeado de pobres, de mujeres de mala reputación, de enfermos,
de seres marginados de todo tipo. El hijo de Dios expulsando a los mercaderes
del templo. El hijo de Dios afirmando que más fácil sería para un camello pasar
por el ojo de una aguja que un rico subiese al reino de los cielos El hijo de
Dios cuestionando, negando el pretendido nacionalismo de Dios. El hijo de Dios
superando leyes antiguas y crueles, como la pena de muerte a pedradas de una
mujer adúltera. El hijo de Dios separando los asuntos del César de los asuntos
de su Padre. El hijo de Dios valorando la moneda de una viuda sobre las
clásicas donaciones de ricos y famosos. El hijo de Dios condenando el orgullo
religioso, la ostentación económica y moral de los hombres. El hijo de Dios
entrando en Jerusalén sobre un humilde burro. El hijo de Dios enfrentándose al
poder religioso y político, a los fariseos de la Ley y a los infiernos
imperiales del momento. El hijo de Dios difamado y humillado, muriendo bajo
tortura militar, rodeado de pocos seguidores, mujeres en su mayoría. El hijo de
Dios haciendo una incuestionable opción por los pobres, por los débiles y
marginados por el poder, por la universalización de la condición humana, tanto
en la tierra como en el cielo.
Difícil perfil para un capitalista que
dedica seis días de la semana a la acumulación de dinero y medio día a lavar su
conciencia en la iglesia; que ejercita una extraña compasión (tan diferente a
la solidaridad) que consiste en ayudar al mundo imponiéndole sus razones por
las buenas o por las malas.
Aunque Jesús el del evangelio, sea hoy la principal
herramienta de los conservadores que se enganchan al poder, todavía es difícil
sustentar que no fuera un revolucionario. Precisamente no murió por haber sido
servicial con el poder político de turno. El poder no mata ni tortura a sus
adulones; los premia. Queda para los otros el premio mayor: la dignidad. Y creo
que pocas figuras insisto "bibliográfica", enseña más dignidad y
compromiso con la humanidad que Jesús el de los evangelios, a quien un día habrá
que descolgar de la cruz y ponerlo a trajinar con los pobres de la tierra.
Soy socialista porque creo en tres
valores fundamentales: Justicia social, lucha contra la desigualdad y sobre
todo creo en la libertad.
Y creo que esos son también los
valores que Jesús predicaba.
Ya para terminar hay algo muy importante, el problema de lo que haya sido o podido ser Jesús, eso no debe tener mayor relevancia, de eso no puede depender nuestra firme decisión de ser socialista o de luchar por una sociedad socialista, ademas estoy convencido que si el estuviera vivo, seria BOLIVARIANO, CHAVISTA Y GUEVARISTA.
Ya para terminar hay algo muy importante, el problema de lo que haya sido o podido ser Jesús, eso no debe tener mayor relevancia, de eso no puede depender nuestra firme decisión de ser socialista o de luchar por una sociedad socialista, ademas estoy convencido que si el estuviera vivo, seria BOLIVARIANO, CHAVISTA Y GUEVARISTA.
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